miércoles, 11 de mayo de 2011

Reflexiones a Bote Pronto: ¿Abstención Record?


            Estamos en campaña electoral. El día 22 escogeremos a nuestros representantes en los ayuntamientos y en unas cuantas comunidades autónomas. Sin embargo, esta campaña está marcada por cuestiones que poco tienen que ver con los gobiernos municipales y autonómicos. A saber, la sucesión de Zapatero en el PSOE, la vuelta de la izquierda abertzale al juego institucional, la crisis económica, etc… En ese sentido, el voto parece que en muchos casos se ejercerá en clave estatal y no local o autonómica. Porque, en definitiva, se ha planteado una campaña que más bien parece o un referéndum en torno a la figura del presidente del gobierno o unas primarias de la generales de 2012.

          Lo cierto es que a fecha de hoy los problemas generados por la crisis económica son los que más preocupan al electorado. El desempleo, los recortes sociales y la reforma de las pensiones copan los primeros puestos de las preocupaciones del pueblo, mientras que en la de los representantes políticos Bildu se lleva toda la atención, seguido muy de cerca por los respectivos casos de corrupción, tanto de la derecha conservadora del PP como de la derecha liberal del PSOE. Y no es de extrañar, ya que al respecto de las primeras ambos dos son igual de responsables y ambos dos tienen cero alternativas. 

           El anquilosamiento político e ideológico que vive toda Europa está generando que las medidas que se proponen para salir de la crisis sean las mismas que nos llevaron a ella. La profundización en el neoliberalismo, con el consecuente empeoramiento de las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores, es lo único que se nos propone desde los dos grandes partidos. De ahí que más allá de culparse mutuamente de todos los males, el debate lo tengan que trasladar a otros terrenos en los que sí se encuentren las diferencias.

           A pesar de una aparentemente fortísima confrontación política entre conservadores y social-liberales, la realidad es que en el fondo socio-económico del asunto no existe diferencia. Y aunque los insultos y acusaciones pretendan hacer ver que hay alternativa, la absoluta falta de ideas sustancialmente divergentes en materia económica es cada día más claramente percibida por el conjunto de la sociedad.

           A esto sumamos que las alternativas políticas desde la izquierda son incapaces de trascender más allá de la marginalidad (incluida la del que suscribe), junto con la clarísima subalternidad de Izquierda Unida con respecto del PSOE, a pesar de que los tiempos electorales los aproveche para tomar una medida distancia.  En definitiva, todo ello en conjunto nos ofrece un panorama electoral muy poco halagüeño para los trabajadores. Por ello me atrevería a decir que tendremos el mayor índice de abstención en unas elecciones municipales de toda la actual etapa democrática, cuyo máximo nivel se alcanzó en el año 91 con un 37,22% de electores que descartaron ejercer su derecho al voto. No creo que se llegue a alcanzar los niveles de las elecciones europeas de 2009 con un 55,1%, unas elecciones que tradicionalmente cuentan con una altísima abstención. Si así fuera los signos de agotamiento de la democracia burguesa en el Estado español serían más que evidentes.

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