jueves, 3 de octubre de 2013

Sister Sin: actitud a raudales en Xixón


¡Qué ganas tenía de ver a este cuarteto sueco sobre el escenario! Hace unos años los descubrí en las pantallas de un “infernal” garito metalero gijonés y desde el primer momento me parecieron llamados a hacer grandes cosas… y en el camino están. Lo están porque son grandes músicos, porque su frontwoman es un portento vocal, porque cada uno de sus cuatro álbumes mejora el anterior y porque la actitud con la que salen al escenario disipa al instante las pocas dudas que podría tener cualquier asistente a una de sus descargas. Así que apuntad dos nombres que estarán muy alto a no mucho tardar: Sister Sin y su frontwoman Liv Jagrell.

Pero antes de que los suecos salieran a escena, los asturianos Kursk fueron los encargados de calentar motores. Juanchi y compañía ofrecieron un buen espectáculo que demuestra que pueden hacerse un hueco importante en el mundillo, con una fórmula asequible para gran parte del público. Entre otros temas, interpretaron “Vida Nueva”, “Entre Rejas”, “Pesadilla”, “Cada Día” y los covers “Rockin’ In A Free World” de Neil Young y “Shoot To Thrill” de AC/DC, con la que concluyeron para dar paso a Sister Sin. Algún que otro desajuste en la interpretación de los temas es la única pega que puede ponérseles. Pero el camino que se han marcado creo que puede reportarles y reportarnos grandes experiencias.

Y por fin se vio cumplido mi deseo personal. Con “End Of The Line”, el single de su último trabajo, Sister Sin se presentó sobre el escenario ante un público escaso pero muy entregado, que estalló en gritos de adoración cuando Liv Jagrell irrumpió para comerse el escenario. Lo hizo de tal manera, con tanto vigor y actitud, que parecía imposible que aguantara así todo el concierto. Pero los temas iban cayeron y el derroche físico no decaía ni tampoco sus cuerdas vocales, sometidas un duro esfuerzo. No creo que haya escenario tan grande como para que Liv no pueda llenarlo por si sola.

Sister Sin llegaba a Gijón como última parada de su gira española antes de saltar a tierras británicas, presentando su grandísimo álbum “Now And Forever”, del que interpretaron, además del mencionado single, “Fight Song”, “The Chosen Few”, “Hearts Of Cold” y “Shades Of Black”. Mención especial tiene la interpretación de su balada “Morning After”, para la que Liv se quedó en el escenario con la única compañía del bajista Andreas Strandh que, para este tema, se hizo cargo de los teclados. Si la capacidad vocal de Liv ya era evidente, llegado este punto los allí presentes quedamos boquiabiertos con la versatilidad y belleza que mostró.

Interpretaron dos covers que vienen a evidenciar algunas de sus influencias. “24/7” de U.D.O., incluida en su álbum “True Sound Of The Underground” y que ya les valió más de un elogio en su momento, y “Make My Day” de Motörhead. De sus anteriores álbumes pudimos escuchar “One Out Of Ten”, “Outrage”, el temazo “On Parole”, “Beat ‘Em Down”, “Sound Of The Underground” y “Better Than Them” con la que cerraron.

La profesionalidad con la que se plantan en escena las bandas nórdicas es encomiable y Sister Sin no fue menos. No solo por la actitud y esfuerzo físico que mostraron, sino porque no consigo recordar una sola nota que no estuviera en su sitio. Hay que estar agradecidos por el espectáculo ofrecido por Liv, Andreas, Dave Sundberg a la batería y Jimmy Hitula a la única guitarra, que no se dejaron influenciar por el escaso público congregado, que rondaría el centenar de almas. Eso sí, un público entregadísimo y agradecido, pero que no vio colmados todos sus deseos a pesar de pedir insistentemente la vuelta a escena de los suecos.

Satisfecho y agradecido por lo visto en la Sala Acapulco, especialmente porque Sister Sin recuperan muchas de las esencias de heavy metal, me fui con la sensación de haber visto algo único. ¿Os imagináis ver a Iron Maiden a dos metros de Bruce Dickinson? A esa distancia de Liv Jagrell estuvimos ayer. Sister Sin llegarán muy alto, seguramente no tanto como la banda de Steve Harris pero, llegado el día, muchos envidiarán el haber asistido a una descarga tan cercana como la que ofrecieron ayer los suecos. Al tiempo.