En pocos días dará comienzo la campaña electoral de cara a la cita
europea del 25 de Mayo. La trascendencia de la convocatoria ha llevado a que no
pocas formaciones y líderes las señalen como las elecciones europeas más importantes
de la historia. Y es que a nadie se le escapa la creciente y determinante
influencia de Bruselas en las decisiones de los estados miembros.
Pero la importancia va más allá. Será la primera cita electoral no
parcial a la que se enfrente el partido del presidente Mariano Rajoy desde su victoria de 2011, con el consiguiente examen
a una gestión que ha generado una fuerte contestación social en el país. Y a
examen también será expuesto el trabajo de la oposición, con un PSOE que parece
no ser capaz de aprovechar el grandísimo desgaste al que ha estado sometido el
Partido Popular.
El pistoletazo de salida de la campaña electoral europea abrirá un
ciclo de año y medio en el que también asistiremos a unas elecciones
autonómicas y municipales y a unas generales. Tras este periodo, la realidad
política española puede dar un vuelco de 180º… o no. Por tanto, estamos a las
puertas de un intenso periodo de definición política, tan interesante como
determinante para la vida del país.
La incertidumbre electoral que se cierne sobre España se sublima en
Asturias, donde todo apunta a un alto nivel de fragmentación partidaria que
hace muy complicado aventurar quién estará al frente del próximo gobierno que
salga de las elecciones autonómicas de 2015. Quizás la cita europea comience a
despejarnos alguna de las incógnitas, que no son pocas.
Cómo se comporte el electorado astur el 25 de Mayo será el primer
balance a la gestión del presidente Javier
Fernández, uno de los dos gobiernos autonómicos que residen en poder socialista.
Una etapa de gobierno que ha venido marcada por los difíciles equilibrios
parlamentarios, que acabaron saltando por los aires con el alejamiento de
Izquierda Unida y UPyD de la FSA-PSOE, a cuenta de la fracasada reforma de la
ley electoral. Desde entonces, Javier
Fernández ha liderado un gobierno en minoría que ha estado al borde de un
nuevo adelanto electoral, se ha visto obligado a la prórroga presupuestaria y
ha encontrado en el Partido Popular un aliado puntual.
Del éxito o fracaso de los socialistas asturianos pueden depender
otros futuros más allá de Pajares. Habrá que dirimir si la gestión presidencial
de perfil bajo que ha desarrollado Fernández
ha sido una estrategia correcta ante los asturianos, lo que podría suponer un
trampolín hacia las primarias socialistas, tal y como apuntan algunos rumores.
Otra incógnita es cómo valorará el electorado astur el devenir de Álvarez-Cascos y su Foro Asturias. Si
bien el 25 de Mayo es Argimiro Rodríguez
quien se cita con las urnas al frente de Foro, es obvio que el ex vicepresidente
de Aznar es quien ostenta el
liderazgo casi monopólico de la joven formación de la derecha asturiana. El
escrutinio comenzará a darnos pistas sobre las posibilidades que tienen los
casquistas para un nuevo intento de asalto al poder del Principado en 2015,
tras el fracasado gobierno que salió de las urnas en 2011, así como para el
mantenimiento de su principal plaza: Gijón.
Para ello será fundamental que sean capaces de minimizar los daños que
las informaciones del caso Bárcenas puedan causar, ahora y en el futuro, a la
figura de Álvarez-Cascos. También
puede ser significativo de cara a la reconfiguración partidaria de la derecha
española, donde ha irrumpido el Vox de Alejo
Vidal-Cuadras, con quien Foro Asturias ya ha intentado un primer, aunque
fracasado, acercamiento.
El desgaste que ha sufrido el Partido Popular por su labor al frente
del gobierno de la nación, hace que afronten estas elecciones europeas con gran
preocupación. Pero para los populares asturianos puede ser una auténtica
pesadilla. Tras la espantada de Álvarez-Cascos,
la crisis permanente se ha instalado en el PP astur y parece que el liderazgo
de Mercedes Fernández tampoco
conseguirá superarla para comenzar a recuperar terreno. Los resultados de las
elecciones europeas no serán significativos en si mismos dado el trasvase de
votos que existe entre el PP y Foro Asturias en función de que la convocatoria
sea autonómica o estatal, pero señalarán la tendencia. Y esta tendencia puede
ser terrorífica en las autonómicas de 2015 si se confirman algunas encuestas
que sitúan a los populares como cuarta fuerza política del Principado tras
Izquierda Unida.
Son precisamente estos últimos quienes con más tranquilidad afrontan
este ciclo electoral, con un más que previsible ascenso propiciado por la
creciente desafección hacia los dos grandes partidos. Esto les situará como
fuerza política determinante en no pocos gobiernos autonómicos y municipales,
entre ellos probablemente el asturiano. Está por ver hasta dónde consiguen
llevar ese esperado empujón en Asturias y cuál será el coste a pagar por el
proceso judicial por prevaricación al que ha sido sometido su actual portavoz
autonómico Ángel González. La
deficitaria gestión del asunto por parte de la dirección asturiana de IU
provocó un pequeño terremoto interno, que puede reproducirse más gravemente en
caso de que la sentencia pendiente acabe siendo condenatoria.
La última pieza de este pequeño rompecabezas astur es UPyD. La
formación magenta obtuvo en Asturias un inesperado éxito en las últimas
elecciones autonómicas, al convertirse su único diputado, Ignacio Prendes, en actor relevante gracias a lo apretado del
escenario parlamentario. Será difícil que se vuelva a dar una situación tan
ajustada como para que un único diputado sea tan determinante. Pero si los
crecimientos que se esperan para el partido de Rosa Díez también se reproducen en el Principado, algún escaño más en
2015 puede volver a situarlos como protagonistas de las negociaciones
parlamentarias asturianas.
Así las cosas, Asturias nos ofrece el panorama electoral con mayor
incertidumbre de todas las comunidades autónomas que no tienen una opción
nacionalista importante. Todo un thriller electoral que seguro que nos tiene
reservada alguna que otra sorpresa más. El primer acto está a punto de
comenzar…