Las fiestas de San Mateo de la capital asturiana tuvieron ayer su
noche más heavy y Gijón Rock City amplío su radio de acción para contároslo.
Porque el paso por nuestra tierra de una banda tan mítica como los alemanes
Helloween no puede ser obviado por nuestra parte.
La noche empezó más que bien con dos bandas que fueron caldeando el
ambiente. Los ovetenses Get In Tribal supieron atraer la atención de muchos de
los allí congregados, a pesar de tener un estilo un tanto discordante con el
resto de los que posteriormente desfilarían por el escenario. Ayer nos
presentaron gran parte de lo que será su primer disco, haciendo las delicias de
los amantes del hardcore.
Tras ellos, los catalanes Döria, con un heavy metal de factura
clásica, hicieron un concierto muy meritorio, en el que brillaron especialmente
su vocalista Martí Dòria y el guitarra Víctor Vázquez. Creo que todos los que
pudimos disfrutar de su actuación volveremos a escuchar atentamente su primer
trabajo “Despertar” y esperaremos ansiosos lo que será el segundo, “Golpea Otra
Vez”. En mi han encontrado un nuevo fan.
En torno a las diez y media de la noche salieron al escenario los
esperados Helloween, que fueron recibidos con una sonora aclamación de la algo
más de media entrada que reunieron en la carpa de La Ería, en los aledaños del
estadio Carlos Tartiere. Andi Deris, Marcus Grosskopf, Michael Weikath y
compañía salieron sin contemplaciones para elevar al máximo el ánimo del
público con dos temazos como son su himno “Eagles Fly Free” y el single de su
último álbum “Nabataea”.
Durante la algo más de hora y media que estuvieron sobre el escenario,
desgranaron gran parte de su nuevo trabajo “Straight Out Of Hell”, escogiendo
muy bien los temas que están ofreciendo en directo. Además del single y del
tema que da título al álbum, ayer pudimos disfrutar de “Waiting For The
Thunder”, la balada “Hold Me In Yours Arms” y un “Live Now!” con el que Deris
jugó con el público, organizando una competición de decibelios entre sectores
del recinto.
Un par de momentos especiales se vivieron durante la ejecución de “If
I Could Fly”, uno de los temas más grandes de la etapa de Deris al frente de
Helloween, y en el solo de batería de Dani Löble. Deris derrochó simpatía y
buen rollo, interactuando con el público constantemente, al que siempre se
dirigió en un fluido castellano, mostrando un dominio de lenguas que seguramente
envidiará alguna que otra ilustre regidora de sueños olímpicos.
En la carpa de La Ería también sonaron “Still We Go”, “Steel
Tormentor”, “Power”… hasta llegar al clímax con dos bises que volvieron a
mostrar el peso de los “Keepers” en la historia de la banda de las calabazas. Con “Dr. Stein”,
“Future World” y, cómo no, “I Want Out”, se llegó a un gran final de fiesta con
un público totalmente entregado y agradecido al buen hacer de los alemanes
sobre las tablas.
Hay que decir que la noche tenía potencial para ser aún más grandiosa
de lo que finalmente fue, pero sufrió el lastre de un sonido que se revelaba
deficiente cuando los temas adquirían mayor potencia y complejidad
instrumental. En ocasiones, era complicado escuchar la voz de Andi Deris, un
vocalista que considero mejor de lo que habitualmente dicen las críticas y
sobre el que parece que aún sigue pesando la larga sombra de Michael Kiske, dos
décadas después de haberlo sustituido. Ayer, los elementos no le dejaron
demostrar todo lo que realmente puede dar a nivel vocal.
A pesar de estos problemas, hay que congratularse de que el metal esté
adquiriendo relevancia en las fiestas de San Mateo y sirva para irradiar rock a
las festividades de toda Asturias. Cuando esto sea así y, sobre todo, cuando
venga avalado por artistas de la talla de Helloween, Gijón Rock City estará
allí para contároslo.
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