Ayer comenzó en nuestra ciudad la minigira española de Circle II
Circle, la banda del que fuera vocalista de Savatage, Zak Stevens. En su
compañía, vinieron dos bandas llegadas desde el otro lado de los Pirineos (Nightmare
y Eternal Flight) que ofrecieron un estupendo aperitivo de lo que acabaría
siendo un fabuloso concierto de metal en
la gijonesa Sala Acapulco. Hay que decir que la cita también tuvo alguna nota
discordante. La primera de ellas, el escaso público, que rondaría el centenar
de almas. Es cierto que era martes, que las condiciones atmosféricas no invitaban
a moverse de casa, que con la crisis 18 € es una inversión importante para
mucha gente, etc… Pero, compañeros, ayer muchos os perdisteis la oportunidad de
ver a una leyenda viva del metal. Y muy viva, nada de dinosaurios arrastrándose
por escenarios. Todo un portento vocal con grandes músicos como escuderos. Así que para otra ocasión, si queremos que la
música en directo siga estando presente en nuestra ciudad, ya sabéis, quien
quiera peces…
Pero vamos al lio, que diría el Molina. Y el lio comenzó con los
franceses Eternal Flight. Una banda de power metal que ya cuenta con 3 discos a
sus espaldas y que dejó buenas sensaciones. Unos músicos más que correctos en
la ejecución de los temas, aunque con un vocalista al que se le nota que ya no
cuenta con la voz que algún día debió tener, lo que le lleva a abusar del
falsete. Así todo, fue encomiable su entrega encima del escenario, empeñado en
hacer entrar en calor al escaso público.
La cosa mejoró notablemente con la salida a escena de Nightmare, una banda
que ya tiene 34 años de trayectoria y 8 álbumes, experiencia que acreditaron
sobre el escenario. Tras unos momentos iniciales en los que las guitarras eran
casi imperceptibles y la caja de la batería ensordecía al resto, supieron
sobreponerse y ofrecer un gran espectáculo. Como colofón a su show, nos
regalaron un cover que no podía ser de otros que de Black Sabbath, dado el
parecido físico con Ronnie James Dio de su frontman. Con parte de la banda
mezclada con el público, ejecutaron magistralmente “Heaven & Hell”, elevando
la temperatura de la sala hasta el punto preciso para la irrupción de los
protagonistas de la noche.
Con el personal ya animado, hizo aparición Zak Stevens y sus Circle II
Circle que, como ya estaba anunciado, interpretaron al completo el mítico álbum
de Savatage “Edge of Thorns”, del cual se cumple 20 años de su edición. Los dos
primeros temas, el que da título al álbum y “He Carves His Stone”, fueron una
irrupción brutal, con un potentísimo sonido y un Stevens enchufadísimo que dejó
bien claro quién era el que mandaba en el lugar. En ese momento, ya tenía al
público metido en el bolsillo y comenzó a dirigir las operaciones a su gusto.
Así fueron cayendo el resto de temas del álbum: “Lights Out”,
“Skraggy’s Tomb”, “Labyrinths”, etc… Toda una muestra del característico sonido
Savatage, con una gran ejecución en la que cabría destacar al joven guitarra
Bill Hudson. Con la bellísima “Follow Me”, Stevens demostró el grandísimo
vocalista que es, haciendo alarde de su versatilidad, aunando potencia y
sensibilidad y administrándolas en las dosis adecuadas. Parece que por sus
cuerdas vocales no ha pasado el tiempo, a pesar de llevar 35 años subido al
escenario como nos recordó.
Con “Exit Music” llegó el momento de lucimiento del encargado de los
teclados Henning Wanner. Así todo, no fue la noche más agradable para el bueno
de Wanner, que se pasó medio concierto reclamando a la mesa el sonido de su
monitor, el cual incluso llegó a patear en alguna ocasión.
Un momento especial se vivió cuando Stevens recordó al desaparecido
Criss Oliva, a cuya memoria dedicó el tema “Miles Away”. Tras él, y ya para
ganarse a todos y cada uno de los allí presentes, el batería Adam Sagan se
marcó un speech en castellano plagado de halagos a nuestra ciudad, en la que
por fin han podido descansar un día tras muchos de gira. El paréntesis
sentimental concluyó con la interpretación de “Sleep”, para la cual Stevens y
su bajo Mitch Stewart (ahora con una guitarra) se quedaron solos en el
escenario.
Con los dos temas finales, ahora sí del último álbum de Circle II
Circle “Seasons Will Fall”, se vivió un momento de esos que le quedan a uno
grabado en la retina. Zak Stevens aprovechó la casi familiar reunión en la que
estábamos para bajar y cantar entre nosotros. Y así, con las contundentes “Diamond
Blade” y “Epiphany” se llegó a un final de fiesta que nos dejó con muy buen
sabor de boca y con ganas de más.
Creo que todos los que nos pasamos ayer por la Sala Acapulco salimos
más que satisfechos. Incluso uno mismo, que acudió con alguna que otra reserva al
respecto de lo que se iba a encontrar. Pero Zak Stevens y compañía tardaron
bien poco en despejar todas mis dudas, haciéndome disfrutar de una gran velada
de metal. Ahora serán Madrid y Zaragoza las siguientes plazas en las que
seguramente también triunfarán.
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