miércoles, 23 de marzo de 2011

El Futuro de la Minería

La Unión Europea ha fijado el último día de 2018 como el del fin de la minería. Un nuevo ataque a los trabajadores y a los pueblos frente al que hay alternativa.


Complicado panorama se le presenta a la minería del carbón española en el presente más cercano. Si bien se ha conseguido ampliar las ayudas de la Unión Europea hasta el año 2018, esto se ha hecho señalando dicho año como en el que se cerrarán todas las explotaciones europeas deficitarias. Y el sambenito de deficitarias es el que tienen adjudicadas todas las explotaciones españolas. Así las cosas, el 31 de diciembre de 2018 morirá la minería del carbón en el Estado español después de un lento agonizar.

Los insignes mandamases de la Unión Europea han decretado el fin de este sector partiendo de una paulatina reducción de las subvenciones, que serán recortadas en un 25% en 2013, un 40% en 2015, un 60% en 2016 y un 75% en 2017. Y la adjudicación de estas está sujeta a la presentación del correspondiente plan de cierre, asegurándose así que desde ya comienzan a redactarse las actas de defunción de cada explotación. De no elaborarse dichos planes se obligará a la devolución de las ayudas.

Con esto no solo se condena a muerte a un sector de la economía española y a varios miles de trabajadores. Se condena al paro y a la pobreza a muchas localidades que en la minería han visto su único medio de vida, ya sea directa o indirectamente. Más ajustado sería decir que se reafirma la condena, ya que estas localidades llevan más de un cuarto de siglo imbuidas en una reconversión hacia ninguna parte más que al paro, la pobreza y la emigración.

En los términos que la oligárquica Unión Europea maneja, la minería es una rémora para la economía europea, ya que es mucho más barata la compra de carbón a países en los que la sobreexplotación de los trabajadores arroja precios más “competitivos”. Y, por supuesto, tampoco vamos a caer en los intereses de los empresarios privados europeos, cuya defensa del sector no va más allá de los beneficios que les pueda reportar, ya sea vía subvenciones o vía mercado. Pero, sin duda, la minería es viable y necesaria.

Hoy por hoy, España es en un 80% dependiente del exterior en materia energética. Y el carbón es el único combustible fósil del que dispone la Unión Europea. Con este panorama, el debate sobre la rentabilidad sobra: el carbón es necesario como pilar de la soberanía del país. Y con el nuevo acuerdo corre peligro la reserva estratégica cuya creación había aprobado el Plan del Carbón 2006-2012.

Una vez más vemos como los intereses de la oligarquía atacan a los intereses de los trabajadores y de los pueblos. Por ello, el futuro de la minería española se contrapone a los dictados de la Unión Europea. Frente a sus dictados, no cabe más que declarar al carbón como bien estratégico, nacionalizar las explotaciones poniéndolas bajo control estatal, una planificación energética que contemple su uso y el desarrollo y puesta en marcha de usos compatibles con el medio ambiente.


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