jueves, 16 de febrero de 2012

España: Reforma Laboral y ¿Huelga General?

El gobierno de Mariano Rajoy ha aprobado una profunda reforma del mercado laboral en busca de poner fin a la creciente destrucción de empleo que vive la economía española. La respuesta de los sindicatos ha sido rechazar frontalmente la medida y estudian la posibilidad de convocar una huelga general.



El pasado viernes, el gobierno del conservador Mariano Rajoy, aprobaba la reforma del mercado laboral en un intento de revertir la calamitosa situación del empleo en España. Los 5,3 millones de desempleados, casi una cuarta parte de la población activa y que supera el 50% entre la juventud, fueron declarados como asunto prioritario por el nuevo gobierno que tomó las riendas del país a finales del año pasado.

Para hacer frente a estos alarmantes datos, el ejecutivo de Rajoy ha aprobado la mayor transformación de las relaciones laborales que ha tenido lugar en España en los últimos 30 años. Una reforma de gran calado y muy polémica, aunque todos los agentes sociales y políticos españoles coinciden con la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en que ”marcará un antes y un después”.

NUEVO MARCO DE RELACIONES LABORALES

Los aspectos más polémicos de la nueva normativa son aquellos que afectan al despido, a la flexibilidad en la organización interna de las empresas y a la fuerza de los convenios colectivos.

En cuanto al despido, se produce una rebaja generalizada de las indemnizaciones y un incremento de los supuestos en los que se puede despedir de manera justificada. De una indemnización de 45 días por año trabajado hasta un máximo de 42 mensualidades por despido improcedente, se pasa a 33 días y un máximo de 24 mensualidades. Y en el caso de despido procedente, cuya indemnización es de 20 días con un máximo de 12 mensualidades, ahora este podrá ser considerado así cuando la empresa acredite una caída de los ingresos durante 3 trimestres consecutivos, aun habiendo beneficios. Unos cambios que no sólo afectarán a los nuevos contratos, sino también a los que ya existían en el momento de aprobación de la nueva norma.

Muy polémico es que deberá ser el trabajador el que reclame ante la justicia cuando considere que su despido es improcedente. Según las centrales sindicales, esto supone el establecimiento de facto de la indemnización de 20 días como norma general.

Pero la facilidad para el despido no se queda ahí. La reforma fomenta el uso del contrato de formación, una modalidad exenta de indemnización, pudiéndose encadenar varios contratos siempre y cuando se acredite aspectos formativos diferentes en cada uno de ellos. Asimismo, establece una nueva modalidad contractual indefinida para empresas de menos de 50 trabajadores, que eleva a un año el periodo de prueba durante el cual el despido es totalmente libre.

Siguiendo con la profundización en la liberalización del despido, desaparece la autorización administrativa para lo que en España se conocen como Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), facilitando y abaratando así el despido colectivo de trabajadores.

También se transforma de manera radical la relación entre empresarios y trabajadores al reducir la fuerza de los convenios colectivos. A partir de ahora, las empresas en dificultades podrán incumplir su contenido. Además, aquellos convenios que lleguen al final de su periodo de vigencia y ante la ausencia de acuerdo entre empresarios y trabajadores, no podrán ser prorrogados más allá de dos años, acabándose así con la prorroga indefinida.

Por último entre los aspectos más destacables, se encuentra la flexibilización de las condiciones de trabajo a disposición del empresario. A partir de este momento, este podrá modificar horarios, jornada e incluso salario aduciendo razones de competitividad y mediante una simple notificación. La negativa del trabajador será causa de despido procedente.

Todas estas medidas se acompañan de diversas ayudas y bonificaciones al empresariado para fomentar la contratación.

EFECTOS SOBRE LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO

La pregunta que se hace la sociedad española es si esta reforma del mercado laboral creará empleo de manera inmediata. Las primeras respuestas llegan desde el propio gobierno y no parecen muy optimistas. Según el Ministro de Economía, Luis de Guindos, la reforma laboral  sólo “tendrá efectos positivos a medio plazo”. Y en el mismo sentido se manifestaba el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien aseguraba que “la reforma laboral no creará empleo por si misma”.

Los efectos inmediatos sobre la economía no parece que vayan a ser los más adecuados. Las organizaciones sindicales aseguran que no solo no creará empleo, sino que las mayores facilidades para el despido causarán un incremento del desempleo en un primer momento. Además, una reforma que generará mayor inseguridad laboral entre los trabajadores y que, probablemente, cause una bajada generalizada de los salarios y de las indemnizaciones por despido, es de esperar que contraiga aún más el consumo. De ser esto así, se estaría profundizando en el ciclo de reducción de la actividad económica y de destrucción del empleo, agravando aún más la ya muy complicada crisis.

Pero lo que es incuestionable es que esta reforma se enmarca dentro de las exigencias que la Unión Europea establece para afrontar la grave crisis económica. Una profundización neoliberal que ha sido aplaudida desde instituciones y líderes europeos. La Comisión Europea señalaba que algunos elementos “van en la buena dirección” y para Steffan Seibert, Portavoz de Ángela Merkel, la reforma “muestra la determinación” del gobierno de Mariano Rajoy.

LA PATRONAL CELEBRA, LOS SINDICATOS LAMENTAN

Los representantes del empresariado español no han dudado en mostrar su satisfacción ante el nuevo marco de relaciones laborales que se ha establecido en España. Joan Rosell, Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), aseguraba que esta reforma “nos aproxima a lo que pasa en Europa cada vez más”.

Muy diferentes han sido las valoraciones de las organizaciones sindicales, que han acogido el anuncio con gran preocupación. Para Cándido Méndez, Secretario General de la Unión General de Trabajadores (UGT), esta reforma supone “un cambio de eje de nuestro modelo de convivencia”, destruyendo derechos laborales para acrecentar el poder de la patronal. Y según Ignacio Fernández Toxo, Secretario General de Comisiones Obreras (CC.OO.), en otras circunstancias “esta reforma sería motivo de huelga general inmediata”.

En definitiva, la posibilidad de una convocatoria de huelga general en España está cada vez más presente. Incluso el propio Mariano Rajoy lo reconocía en una conversación informal con su homólogo finés, Jyrki Katainen, durante el Consejo Europeo que se celebró el día 30. Cuando aún no se conocía el texto de la medida, un micrófono captaba como el Presidente español aseguraba que la reforma “laboral me va a costar una huelga general”.

Así las cosas, los sindicatos pretenden testar los ánimos de los trabajadores españoles el próximo día 19 con marchas de protestas por toda la geografía española. La respuesta que obtengan determinará si la convocatoria de huelga general finalmente se produce. La realidad es que los dos grandes sindicatos españoles no pasan por un buen momento, siendo objeto de fuertes críticas desde cada vez más amplios sectores de los trabajadores. Estos les acusan de ser también responsables de la perdida de derechos laborales, al no defender con suficiente energía sus intereses frente al gobierno y la patronal. Esto, junto con el desánimo generalizado en el que vive la sociedad española, les obliga a calibrar muy bien la posibilidad de una llamada a la huelga general.

En todo caso, lo que parece inevitable es un incremento de la conflictividad social en España. Hasta el momento, las medidas adoptadas por el gobierno de Mariano Rajoy apuntan en una sola dirección, cargando sobre las espaldas de trabajadores y capas medias los costes de la crisis económica. Y todo hace pensar en que aún están siendo comedidas, para no poner en peligro la esperada victoria conservadora en las elecciones andaluzas del próximo 25 de Marzo. Si todo transcurre según lo esperado, las políticas de recortes y desregulación tendrán una nueva vuelta de tuerca tras esta cita electoral.

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