Esta crónica ha estado a punto de no llegar a existir. Y es que es muy
difícil escribir cuando te has quedado sin palabras. Con gran esfuerzo he
conseguido encontrar algunas para contaros como ayer los vallisoletanos Iron
What? me dejaron boquiabierto, con poca más capacidad que para balbucear
elogios y cantar como un poseso extasiado los míticos temas Iron Maiden. Y puedo
asegurar que no fui el único, porque Carlos “Dickinson” Sanz y compañía se
metieron a todos y cada uno de los presentes en el bolsillo desde el minuto
uno.
Para aquellos que era la primera vez que nos encontrábamos con Iron
What?, la cosa pintaba bien. En los días previos no hacía más que escuchar
alabanzas por parte de quienes ya habían presenciado el trabajo de los
vallisoletanos sobre escenario. Y al entrar en la Sala Acapulco, la cosa seguía
prometiendo con un escenario en el que un par de grandes carteles con la imagen
de Eddie presagiaban que el icono maideniano también tendría su protagonismo.
Tras escuchar el “Doctor Doctor” de U.F.O., Iron What? arrancó con dos
grandes interpretaciones de “Moonchild” y “Where Eagles Dare”. Tras este
comienzo, todo aquel que tuviera alguna duda, ya la tenía despejada. Estos tíos
saben lo que hacen, tienen un respeto enorme por la obra de Steve Harris y
compañía, son unos profesionales como la copa de un pino y van a hacer que lo
pasemos genial!!!
Carlos “Dickinson” se tiene trabajado el personaje casi a la
perfección. Ha conseguido copiar muy exitosamente la particular voz de Bruce,
su gestos, su hiperactividad en escena, etc... Un desgaste físico muy
meritorio. Y el resto de la banda, aunque con menos protagonismo sobre las
tablas, realizan su trabajo casi a la perfección, con algunas concesiones a los
gestos de los originales que te los hacen recordar en unas cuantas ocasiones.
Pero es evidente que el protagonismo es de Carlos y, como el propio Dickinson
original, es capaz de llenar el solo el escenario. Tanto como para que los
pequeños desajustes de sonido, que pusieron a prueba nuestros tímpanos en algún
momento, se minimizaran ante la calidad del espectáculo que estábamos
presenciando.
Con un “¿os gusta Iron Maiden?”, Carlos “Dickinson” Sanz dio paso a
“Can I Play With Madness?” seguido por “Wasted Years”, tema en el que haría su
primera aparición Eddie, caracterizado como el forajido futurista de “Somewhere
In Time”. Inmediatamente después, y siguiendo con un tributo muy trabajado,
Carlos “Dickinson” se vistió su casaca roja y enarboló la Union Jack para
interpretar “The Trooper”.
Tras “Flight Of Icarus” llegó “Heaven
Can Wait”, momento en el que, ¿cómo no?, unas cuantas personas del público
subieron al escenario para cantar con los vallisoletanos.
Los temas siguieron cayendo, haciendo
concesiones a temas más nuevos de la banda, escogidos a la perfección como lo
harían los propios Maiden para un directo. Así se escucharon “The Wicker Man”, “The Clansman” y “Brave New World”. Y el atrezzo
continuó su desfile con la aparición del diablo para interpretar “The Number of
the Beast” y la aparición de Eddie en un par de ocasiones más, caracterizado
como el demente de “Piece of Mind” y como la momia de “Powerslave”.
A partir de aquí y hasta el final, temazo
tras temazo elevando el calor de la sala a altísimas temperaturas. “The Evil That Men Do”, “Run to the Hills”, “Iron
Maiden”, “Aces High”, “2 Minutes to Midnight”… Y el éxtasis llegó con “Fear of
the Dark”, en la que todos nos dejamos las cuerdas vocales, y con “Hallowed Be
Thy Name” y su habitual guerra de alaridos en el público.
Para cerrar eligieron “Running Free”,
despidiéndose agradecidos por la entrega de un público que aún quería más. Pero
el desgaste de los vallisoletanos había sido considerable y ya no se podía
hacer más que agradecerles su paso por Xixón y desear que en breve vuelvan a
estar por nuestras tierras.
Esta vez la concurrencia de público
estuvo un poco por encima de lo que suele ser habitual en la Sala Acapulco en
los eventos de metal, demostrándose que la apuesta por los vallisoletanos de
los chicos de GMF Concerts ha sido todo un acierto. UP THE IRONS… WHAT?
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