Pero el golpe de efecto de nuestro ya no tan campechano y aún monarca
Juan Carlos, reside en que Miquel Roca es uno de los dos padres de la
Constitución de 1978 que quedan con vida. Pareciera que la monarquía borbónica
vuelve a ponerse en manos de quien, en su día,
le diera carta de constitucionalidad para perpetuar el designio franquista
que le devolvió el trono. Diría que desde la Zarzuela se quiere buscar una
nueva y renovada vinculación de su anclaje en la Jefatura del Estado con el
retorno de la democracia a este lado de los Pirineos. Pero precisamente del
otro lado de los Pirineos, desde el mismo corazón de Europa y con los
parabienes de todas las instituciones consagradas constitucionalmente, proviene
el germen de la trasmutación en autocracia germánica de la ya prenatalmente
devaluada democracia hispana.
He de reconocer la hábil operación de la Casa Real. Seguro que no
tardarán en sucederse calculadas declaraciones públicas y milimétricamente diseñados
documentales alrededor de la figura de Don Miquel Roca, padre de la
Constitución y, a la sazón, abogado defensor de la Infanta Cristina. Y así,
mientras se eleva a los altares (una vez más) a uno de los artífices del texto
que supuso la cumbre de la nuestra “modélica” transición política, la imagen de
la Infanta Cristina y de toda la Casa Real recibirá una capa de barniz a los ojos
del gran público. Se mezclarán y entreverán conceptos como democracia y
monarquía, presunción de inocencia y conspiración política, libertad y
ejercicio de responsabilidad, en un último y ya veremos si fructuoso intento de
salvar los muebles borbónicos.
Pero quizá ya sea tarde. No solo tarde para la monarquía española,
sino tarde para el conjunto de la arquitectura constitucional de 1978. Y
precisamente por ello, es posible que ese intento de la Casa Real de vincular
una y otra no solo no sirva para salvar a la primera sino que, al contrario,
actúe como acelerador del fin de la segunda. Las voces que piden la apertura de
un nuevo proceso constituyente en el país crecen día a día, porque día a día
todas las instituciones del Estado y sus políticas germanófilas dan argumentos
para ello. Si ese proceso se da y lo hace en términos de profundización
democrática formal y real, dudo mucho que no alcance a la Jefatura del Estado.
Roca político al uso de esta tan mala transición. No solo tiene un despacho de abogados. Copio de la Wikipedia: Compagina su actividad con la pertenencia a diversos órganos de dirección de empresas como Endesa o ACS. También es presidente de la Fundación Abertis, . Además es Secretario no Consejero del Banco Sabadell, de Abertis Infraestructuras, de TYPSA y de Accesos de Madrid.
ResponderEliminarSí, un perfecto ejemplo de una burguesía catalana que ya tiene pocas contradicciones con la española, lo que viene a mostrar lo limitado de la reivindicación soberanista de sus organizaciones políticas.
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