La política antiterrorista del Gobierno de Mariano Rajoy está reavivando las discrepancias internas dentro de su partido. Los sectores más duros vuelven a arremeter contra el Presidente aprovechando su debilidad y su creciente falta de credibilidad. La derecha española podría estar cerca de un proceso de recomposición.
La reunión del Comité Ejecutivo Nacional de los conservadores españoles que tuvo lugar ayer fue la más tensa que se recuerda desde 2008, cuando en los preparativos del congreso de Valencia se intuía una operación para descabalgar a Mariano Rajoy de la Presidencia del partido. Ayer, algunas de las voces que por aquel entonces atacaban el liderazgo del actual Presidente del Gobierno, volvieron a dejarse oír criticando la política penitenciaria del Gobierno en relación con los presos de ETA.
La polémica suscitada durante las jornadas anteriores por la posible excarcelación por motivos humanitarios del etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, aquejado de un cáncer, ha hecho mella en la dirección de los conservadores. La decisión del Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, de concederle el tercer grado penitenciario como primer paso hacia su posible libertad condicional, ha causado las iras de los dirigentes conservadores más duros. Jaime Mayor Oreja, eurodiputado y ex Ministro del Interior del Gobierno Aznar, y Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, arremetieron contra Fernández Díaz señalando que se trataba de una decisión política. Así, negaban los argumentos del titular de Interior quien aseguraba que era una decisión obligada en cumplimiento de la legalidad vigente.
Las discrepancias fueron tan importantes que mientras que Jorge Fernández Díaz argumentaba que “ETA ha sido derrotada”, Jaime Mayor Oreja replicaba con un “ETA no está derrotada, está rozando el poder”. Mayor Oreja hacía así alusión a que Bildu, la coalición de la izquierda independentista vasca, podría ganar las elecciones regionales de Octubre. Según la teoría oficial de los conservadores españoles, todas las organizaciones de la llamada izquierda abertzale son parte de ETA.
Las posturas de Jaime Mayor Oreja, radicalmente contrarias a cualquier tipo de negociación con ETA, llevan tiempo bajo sospecha debido a sus intereses en empresas privadas de seguridad que han prestado servicios de escolta a personas amenazadas en el País Vasco.
Para los dirigentes más duros del Partido Popular, el caso Bolinaga es la prueba de que el Gobierno de Mariano Rajoy ha adoptado una política de continuidad con respeto al anterior gobierno en materia antiterrorista. Y no sólo eso, sino que entre sectores del partido e incluso de la prensa más afín, cada vez cunde más la idea de que la negociación encubierta entre Gobierno y ETA para el fin definitivo del terrorismo es un hecho al que responden decisiones como la del caso Bolinaga. Esto, negado en infinidad de ocasiones por el propio Mariano Rajoy, está siendo una nueva vía de agua, esta vez dentro de su propio partido, para un gobierno que parece a la deriva.
UN GOBIERNO A LA DERIVA
La enorme debilidad y la preocupante falta de credibilidad del Gobierno de Marino Rajoy están siendo aprovechadas por los sectores más duros de su partido para volver a la carga contra su liderazgo. Ya en Junio se desvelaban movimientos internos que apuntaban a una operación de relevo al frente de la Presidencia del Gobierno para el retorno de José María Aznar a primera línea de la actividad política.
En los próximos meses, Mariano Rajoy tendrá que enfrentarse a duras pruebas que de no solventar con éxito pueden ser definitivas. La primera de ellas tendrá lugar este mismo jueves con la visita de la Canciller alemana Angela Merkel, quien probablemente vendrá con nuevas exigencias de ajustes como contrapartida a una posible compra de deuda española por parte del Banco Central Europeo.
Pero las conversaciones entre Merkel y Rajoy no se quedarán ahí. Ya casi nadie duda, y el Gobierno ya tampoco niega, que la economía española en su conjunto será rescatada y la negociación de su condicionado será materia ineludible de la visita de la Canciller.
Y el 21 de Octubre el Ejecutivo tendrá dos nuevos exámenes electorales, está vez en las elecciones autonómicas de Galicia y el País Vasco. Tras las derrotas electorales en Asturias y Andalucía del mes de Marzo, Mariano Rajoy no puede permitirse un nuevo revés electoral. Así todo, las perspectivas no son nada halagüeñas. Mientras que en el País Vasco no tiene ninguna opción de alcanzar el poder y no puede aspirar a más que a mantener sus 13 diputados, en Galicia las encuestas apuntan a la pérdida de la mayoría absoluta, lo que podría desalojarles del poder ante un pacto de gobierno entre las fuerzas de izquierda.
RECOMPOSICIÓN DE LA DERECHA ESPAÑOLA
Las fuertes discrepancias que están apareciendo dentro del Partido Popular podrían no quedarse únicamente en eso. Los rumores sobre operaciones para descabalgar a Mariano Rajoy apuntan a una posible refundación del partido sobre la base de sus sectores más duros. Incluso, de no tener éxito, de una eventual escisión que recoja sectores de la derecha más dura que se han ido desgajando del Partido Popular o que han surgido por fuera de él.
La organización partidaria de la derecha española es particular en comparación con otros países de la Unión Europea. A día de hoy, no hay ningún partido de extrema derecha importante, lo que siempre se ha achacado a que el propio Partido Popular acogía en su seno a los sectores más radicales de la derecha, tanto de la más moderna como de la proveniente del franquismo.
El actual contexto de crisis, con los fenómenos de racismo y xenofobia que siempre acompañan, podría estar abriendo un nuevo espacio político a la derecha del Partido Popular pendiente de ser ocupado. Además de los sectores más duros del actual partido de gobierno, con Esperanza Aguirre y José María Aznar a la cabeza, hay más mimbres de renombre:
-Francisco Álvarez-Cascos, ex Vicepresidente del Gobierno Aznar y actual líder de Foro Asturias (FAC), segunda fuerza política en el Principado de Asturias. Durante su etapa en la dirección del partido siempre fue considerado uno de los “duros” de la organización.
-Rosa Díez, ex dirigente socialista y actual líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD). A pesar de su pasado socialista, mantiene un discurso radicalmente contrario a cualquier tipo de proceso de paz en el País Vasco, defiende un modelo de Estado hipercentralista y adelgazado y es ultraliberal en materia económica.
-Mario Conde, recientemente reaparecido en escena con un nuevo proyecto político llamado Sociedad Civil y Democracia (SCD) que se presentará a las elecciones gallegas de Octubre. Conde es un antiguo banquero condenado a 14 años de prisión por apropiación indebida y estafa durante su gestión al frente de Banesto. Hoy cuenta con el apoyo mediático de grupo de comunicación de extrema derecha Intereconomía.
Así las cosas, si Mariano Rajoy es incapaz de enderezar el rumbo del país y la crisis acaba por pasar factura al gobierno de los conservadores, no es descartable que la derecha española acabe por desgajarse, creando un hueco en el sistema de partidos que sea ocupado por una nuevo proyecto de extrema derecha.
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